martes, 6 de diciembre de 2016

Mi vida siendo hombre

Maite Jiménez Chaparro 1ºBach. B

La redacción propuesta por el profesor es  escribir sobre cómo sería mi vida siendo un hombre. Al pensar un poco más a fondo sobre este tema he decidido darle una vuelta de tuerca.

Al principio he pensado de verdad en cómo sería mi vida si fuese un chico. Me la he imaginado totalmente diferente a como es ahora: tendría el pelo corto, me gustaría hacer deporte y la música que los chicos escuchan hoy en día, que suele ser rap, generalizando mucho, claro. Pero más tarde me pregunté por qué me imaginaba mi vida tan diferente. Lo que he descrito es todo lo contrario a lo que soy yo, me explico: tengo el pelo bastante largo y me gusta así, no me gusta nada hacer deporte  y el rap no es precisamente mi género de música favorito. Si yo soy así, ¿por qué al cambiar de sexo me imagino tan diferente? Técnicamente lo único que cambia es mi aparato reproductor junto con todas las diferencias físicas que esto conlleva, pero mi personalidad y mis gustos no deberían de hacerlo.

Reflexionando un poco sobre este tema he llegado a la conclusión de que generalmente nuestros gustos están condicionados por nuestro sexo nada más nacer. Si el bebé es niño cómprale un pijama azul y un camión de juguete, si es una niña cómprale un vestido rosa y una muñeca ¿Por qué no puede ser al revés? ¿Por qué damos por hecho esta especie de "regla no escrita"? Y esto lo podemos ver en cada catálogo de juguetes y como se divide en dos partes, la zona rosa está llena de muñecos, maquillaje, e incluso objetos de limpieza y ponen de ejemplo a niñas jugando y en la zona de azul con muñecos de guerra, artilugios científicos de juguete y coches ponen a niños jugándolo. Yo pienso en mi infancia, y en lo que llevo de adolescencia y tal vez todos mis gustos y mis aficiones se hayan visto condicionados por esto.

Físicamente también estamos condicionados por nuestro sexo. Hoy en día es totalmente normal ver a una mujer con pantalones, sin embargo si vemos a un hombre con falda nos causaría asombro y a lo mejor nos parece hasta gracioso. Muchos incluso asumirían que es transexual y que en realidad él se identifica con el género femenino. En mi opinión simplemente por llevar una prenda de ropa no está negándose a su “masculinidad”

          Aunque hoy en día sí que es verdad que cada vez hay más igualdad en este aspecto, deberíamos de criar a nuestro hijo sin condicionarlos y dejándolos elegir lo que ellos quieran y lo que más les guste.